Sin duda alguna, la sorpresa de la Copa América Centenario ha sido la selección peruana, y más que por eliminar a un pálido Brasil, por demostrar que con un equipo en renovación es capaz de complicar a cualquiera.

La decisión de Gareca fue clara, encontrar en jugadores del torneo local una respuesta para el cambio generacional que tanto necesitamos. Y es aquí donde se ve la mano del entrenador y alguno de sus resultados, como el de recuperar a un central que veíamos más cerca del retiro que del protagonismo, Alberto Rodríguez ha sido uno de los aciertos del DT argentino, demostrado experiencia y solvencia en el uno contra uno.

Miguel Trauco es otro, el lateral izquierdo -quien hace cinco años jugaba Copa Perú- se ganó un lugar en la selección y no ha desentonado, incluso uno de los puntos más interesantes de este Perú son las proyecciones del lateral, y su asociación con Flores y Cueva.

Perú no asume protagonismos, conoce sus falencias, carece de posesión de balón, por lo que prefiere esperar, sin impacientarse. Tal vez la mejor cara de Perú, en la Copa, fueron los primeros minutos del partido ante Ecuador, donde hizo todo lo contrario a lo dicho; eso le permitió ponerse muy rápido 2-0 en el marcador, con un juego muy vertiginoso. Pero al correr del partido la falta de experiencia le paso la factura, permitiendo el empate del equipo rival.

Pero así como tenemos un buen prospecto por el lado izquierdo, sufrimos por el derecho. Perú no suele atacar por la derecha; allí tiene más preocupaciones defensivas. Aldo Corzo le ganó el puesto al discreto juego de Renzo Revoredo.

Este viernes, Colombia buscará hacer uso de su mejor arma, la posesión de balón, la buena circulación y el ataque por los lados; fórmula que le ha dado resultados al equipo de Pekerman, que además encuentra en James, Cardona y Cuadrado categoría de buen juego.

Una dura tarea para los dirigidos por Ricardo Gareca, una prueba de fuego, pero que de superarla los puede consagrar. Disciplina táctica, buena recuperación de pelota y una salida veloz en ataque -teniendo en Christian Cueva y Paolo Guerrero nuestra arma de ataque- es a lo que debe apelar Perú, que hasta ahora se ha mostrado como un equipo incansable.